La presente es una guía para analizar el hardware de un PC antes de adquirirlo; comprender qué elementos son los más importantes a tener en cuenta si vamos a comprar un ordenador PC, sea de escritorio o portátil.
Lo mínimo que debemos considerar en cuanto a la potencia y prestaciones del equipo, antes de adquirir el PC, es el procesador y la memoria RAM. Para un análisis aun más correcto y completo, deberíamos analizar a continuación la placa base y la fuente de alimentación.
A partir de ahí, dependiendo de las necesidades particulares de cada uno (Gamers, edición de fotografía, renderizado y animación 3D…), observaremos otros componentes, en especial la tarjeta gráfica.
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Compatibilidad entre componentes
Evidentemente, no todo es compatible con todo. Para cada procesador, existe una determinada gama de placas base que pueden usarse.
En el orden presentado, empezando de más a menos importancia, los siguientes son los elementos a considerar.
El procesador, el cerebro del ordenador
Es sin duda el elemento más relevante. El procesador ejecuta las instrucciones de las que está hecho cualquier software: una aplicación, el sistema operativo, …
Dos de los parámetros más importantes para determinar la potencia del procesador son el número de núcleos y su frecuencia, medida en GHz (Giga Hertzios). Pero cuidado, estos no lo son todo en un procesador, y hay otros elementos que hay que observar y valorar. En ocasiones un procesador de 4 núcleos puede ser superior a otro de 6. De forma similar a lo expuesto, 4 núcleos no funcionan 4 veces más rápido que un solo núcleo.
Los procesadores estrella de Intel: i3, i5, i7 e i9
En orden de menos a más potentes: i3, i5, i7 e i9. Estos grupos de procesadores se subdividen a su vez en muchos otros, clasificados por generaciones. Así, no es lo mismo un i5 de 8a generación que uno de 10a.
Elegir el procesador
Para tareas sencillas cómo ofimática, navegación Web, contenidos multimedia (audio, vídeo), correo, etc. Será suficiente con un procesador Intel i3, o Intel i5 si queremos un equipo un poco mas potente.
Para un uso mas intensivo, con juegos, edición de fotografía, edición de video, programas de renderizado 3D estilo Blender, es una buena elección un Intel i5 o incluso un i7, y si es un AMD, Ryzen 5 o Ryzen 7. En este caso sería interesante optar por una tarjeta gráfica dedicada en lugar de la integrada en la placa (ver más adelante sobre las tarjetas gráficas).
Para gaming, edición de vídeo y renderizado trabajando con altas resoluciones, una buena elección es un Intel i5 de última generación o Intel i7, o bien un Ryzen 7.
Memoria RAM
La memoria RAM, a menudo simplemente ‘memoria’, es una memoria volátil o temporal que el equipo utiliza mientras está en uso. No tiene nada que ver con la memoria de almacenamiento, que se menciona después.
Para un uso básico, 8GB de memoria RAM. Programas avanzados o gaming, 16GB de memoria RAM. Para un uso aun más intensivo, gaming 4K, máquinas virtuales, … a partir de 32GB de RAM.
La placa base
A menudo olvidamos analizar la placa base, nos precipitamos a comprar solo con el dato procesador-RAM, dando por hecho que la placa base debe ser consecuentemente buena si el procesador es bueno.
Este hecho hay fabricantes que han lo aprovechado para vender equipos con placas base pobres, con pocas ranuras de expansión, …
¿Hasta cuanta memoria RAM nos permitirá ampliar la placa base que estamos adquiriendo? ¿Tiene Bluetooth integrado? ¿podremos añadir más discos de almacenamiento?
La placa base debe estar en consonancia con el procesador. Tendemos a creer que si ambos se pueden acoplar significa que todo va bien, pero la realidad es que una placa base de bajas prestaciones podría no aprovechar todos los hilos del procesador.
En el caso de que pretendamos hacer RAID para la copia de seguridad de los discos de almacenamiento, deberíamos verificar si la placa dispone de la funcionalidad para ello. Observar que aunque el RAID puede hacerse también vía software, es mucho más conveniente hacerlo a través de la controladora de la placa base. Ello reducirá mucho el riesgo de que se produzca algún fallo de configuración o error catastrófico.
El disco de almacenamiento
Actualmente es altamente recomendable que el equipo incluya un disco SSD, más rápido en su lectura/escritura que los clásicos discos magnéticos, también llamados ‘discos duros’.
Otra posibilidad interesante consiste en que el PC incorpore dos discos, uno SSD y el otro HDD. En ese caso, en el SSD (más rápido) conviene instalar el sistema operativo y los programas, y el magnético lo reservamos para los datos de usuario (documentos, fotos, música, etc.).
La tarjeta gráfica ¿Dedicada o integrada?
Una tarjeta gráfica dedicada, también llamada discreta, es una tarjeta “aparte”, no integrada en la placa base.
Las tarjetas dedicadas son mucho más potentes y más caras que las gráficas integradas en la placa, por lo que incrementarán el precio del PC. Además de esto, las gráficas dedicadas:
- Tienen su propio mini sistema de refrigeración, por lo que disipan mejor el calor.
- Tienen su propia memoria de vídeo dedicada, la VRAM. Por ello no utilizan parte de la RAM del equipo, liberándola así de esa carga.
¿Me conviene comprar una buena tarjeta gráfica dedicada, o me quedo con la integrada? La respuesta a esta pregunta depende del uso que hagamos del PC.
Es recomendable una gráfica integrada: Para un tipo de usuario “corriente”: ofimática, navegar por Internet, correo-e, reproducir música, vídeos, fotos, …, e incluso para un jugador ocasional, o que no le importa jugar a menos resolución (720p), y con muchos juegos que no requieren tanta potencia gráfica.
Probablemente le conviene una tarjeta gráfica dedicada: Si es Gamer, jugador habitual de juegos 3D, o edita imágenes a grandes resoluciones, o vídeo, o maquetación 3D de forma profesional. Puede que aunque empecemos con juegos básicos, progresemos a otros más sofisticados, en cuyo caso compramos una gráfica dedicada en previsión.
¿PC portátil o de escritorio?
Aunque para muchos es obvio, conviene aclarar algunos conceptos. A igual precio, siempre obtendremos mayores prestaciones con un ordenador de escritorio, también llamados de “torre” o de “sobremesa”. Con un PC de escritorio, el interior se refrigera mejor, y habitualmente la capacidad de ampliación y la durabilidad del equipo es mayor.
Por lo tanto, la clave para esta elección está en la movilidad. ¿Voy a necesitar viajar, o llevarme el ordenador a otro sitio para trabajar de forma mas o meno habitual? Si la respuesta es no, entonces lo que necesitamos es un PC de escritorio.
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